Pilar Chamorro Abogados informa: ¿Qué idioma se habla en los juzgados?
El inglés no es el lenguaje al que se recurren en los tribunales madrileños cuando un ciudadano no sabe español. La mayoría de los servicios de traducción que se solicitan son para hacer de intérprete de rumano, árabe y chino mandarín, según SeproTec Multilingual Solutions, la empresa que se encarga de los servicios de traducción e interpretación de los tribunales de la Comunidad de Madrid.
El 34% de la demanda de ayuda con el idioma procede de ciudadanos que hablan rumano, frente al 22% que son árabes. Estas estadísticas ponen de manifiesto la procedencia de los colectivos más conflictivos en los juzgados de la capital, sin tener en cuenta los países de habla hispana, que no precisan de este tipo de servicios de traducción.
El chino mandarín ocupa la tercera posición, con una demanda del 13%, mientras que el inglés no supera el 9%. El búlgaro es el quinto del ranking, con un 5%, seguido del wolof (Senegal y Gambia), con un 4,2%. El portugués es el idioma que más popularidad ha perdido en los juzgados madrileños, y ha descendido del séptimo al noveno lugar. En su lugar han aumentado las peticiones de personas que hablan bengalí (Bangladesh), idioma que ya ocupa la séptima plaza, mientras que a principios del año pasado se situaba en décimo lugar.
Aunque el rumano es la lengua más solicitada en los servicios de traducción, las peticiones de ciudadanos que hablan idiomas de fuera de la Unión Europea se ha disparado en los últimos seis meses y ya suponen el 71% de la demanda, mientras que el primer semestre de 2012 no llegaban al 50%.
Esto se debe al aumento de idiomas como el árabe o el chino, pero también al incremento de actividad judicial de personas que hablan albanés o persa, idiomas que han escalado posiciones en el ránking. En el top ten de las lenguas no comunitarias, figuran también ruso, ucraniano, urdu (Pakistan e India) o tagalo (Filipinas).
Los juzgados son como una gigantesca Torre de Babel en la que se busca traductor para cualquier idioma que hable una persona que no pueda comunicarse en español y, si no, siempre se pueden contratar traducciones de lo que se conoce como broken English, (inglés roto o deficiente). Este sistema se utiliza, por ejemplo, cuando no se puede encontrar un interlocutor que hable un dialecto determinado pero la persona si es capaz de comunicarse en un inglés muy básico.